miércoles, 6 de febrero de 2013


Trajes Flamencos del Siglo XIX



La Paloma Y La Coquinera

















Marta Pazos El Traje Flamenco




Trajes Flamencos inicio del siglo XX










Traje Flamenco Siglo XXI







El Sur es la Vida Y la Muerte
De un Hombre y una Mujer
El Sur es el Amor

Victor Ullate, los Morente y Mario Gas











Historia del Traje de Flamenca

 marianacebedorom@gmail.com

  www.trajesdeflamencas.es


El origen del Traje de Flamenca:

 
El traje de flamenca o traje de gitana era la indumentaria de la mujer andaluza de clase baja y de las gitanas de finales del siglo XIX y comienzos de XX, que no era más que una bata acompañada de volantes que usaban para la faena.

 Con motivo de la Feria de Abril del ganado de Sevilla, muchas acompañaban a sus maridos trasladandose de forma provisional en casetas de lona, las ahora conocidas como casetas de feria, y usandos sus peculiares trajes para lucirse en tan gran evento.

Lo que en principio era una feria de ganado termino siendo una feria más bien de ocio y aquellas batas engalonadas de la andaluza de clase baja, paso a ser un reclamo en entre las señoras de más alta alcurnia, al poder lucir una prenda que realzaba la figura femenina.

Además la profesionalización del flamenco con un vestuario enriquecido en tejidos y complementos en los escenerios, encumbró aun más si cabe a esta vestimenta tradicional andaluza.
 
El traje de flamenca dió un salto vertijinoso a la moda, llegando a ser el identificativo de España por todo el mundo. Un traje regional con la singuralidad de que varía y se reinventa con nuevos tejidos, complementos, encajes, visuterias, volantes, mantones de manila.

 El traje de flamenca es conocido como "cuerpo de guitarra" ya que realza y estiliza la figura femenina, y así se fue transformando poco a poco en un marcado  escote en pico, redondo o cuadrado según la moda, para realzar el pecho femenino y ciñiéndose en el talle para luego abrirse en la cadera con los volantes a forma de clavel.

Todo esto, acompañado de un peinado recogido en moño y con la cara despejada viéndose los rasgos tan marcados y la extraordinaria belleza de la mujer morena andaluza.
 
La evolucíon del traje de flamenca:
 
 El traje de flamenca conjuga tradición e innovación, pues si bien conserva una estructura básica sustentada en un cuerpo entallado sobre el perfil de la cadera y una falda de volantes, sobre este armazón la creatividad fluye.

A partir de los años noventa, tras una década de trajes barrocamente recargados de encajes y cintas de raso, el traje de flamenca, en un alarde de sencillez, se desvistió de adornos, almidón y caderas escondidas, sufriendo una metamorfosis de la que salió vaporoso, ligero y sensual.

Telas sedosas, colores lisos y el sempiterno lunar comenzaron a envolver a una mujer que luce todo su contorno bajando talle y volantes, ya fuera desnudando los brazos o con ellos pudorosamente cubiertos. Ya superado el segundo milenio, se vuelve la mirada atrás y se rescata el popelín sin renunciar al talle bajo, se parte el traje en dos piezas, se agranda el lunar.

 Un continuo inventarse que implica de lleno a todos los complementos, es decir, a los avíos. Si un año se lleva la flor grande y baja junto al moño, al siguiente pequeña y alta; si un año el pendiente de aro, al siguiente de pera; si un año el mantoncillo con flores pintadas, al siguiente de tela estampada.
 
El traje de flamenca y la industria:
 
Y esta permanente reinvención obliga a sus portadoras a no perder ojo de las claves de una moda que nace tanto en la máquina de coser de la modista aficionada, como sobre todo en las cadenas de las ya grandes firmas dedicadas a la fabricación de este peculiar atuendo.

De hecho, el sector ya mueve más de ciento veinte millones de euros (veinte mil millones de pesetas) anualmente, según datos de la Asociación de Empresarios de la Moda Flamenca, cifra cuyo grueso se reparten una treintena de fabricantes concentrados principalmente en la provincia de Sevilla.

Muestra de la pujanza de este segmento es el Salón Internacional de Moda Flamenca (Simof), organizado por la agencia de moda Doble Erre y Hotel Alcora, que en su octava edición -celebrada en febrero de 2002- congregó a más de una veintena de diseñadores que enseñaron sus creaciones en dieciocho pasarelas a diez mil visitantes.

 
Alta costura. Y es que el traje de flamenca se ha hecho hueco hasta en la alta costura como inspiración para modistos como Yves Saint Laurent o los sevillanos Vittorio & Lucchino, que han llegado a crear una exclusiva línea de trajes de flamenca.

Este encandilamiento también se ha extendido a la variante escénica del traje de flamenca, pues si Francis Montesinos viste a Eva Yerbabuena, Armani viste a Joaquín Cortés.

 Pero esta entente no es por todos aprobada, especialmente en el caso de la mujer. La bata de cola almidonada de Matilde Coral frente a las gaseosas batas de Sara Baras. Purismo frente a renovación. El debate se cuela por todos los ámbitos susceptibles de evolución.

lunes, 4 de febrero de 2013

Estilos de Flamencos

Academia de Baile de Jerez
 

Sevillanas

La Sevillana es una canción folklórica procedente de la Seguidilla manchega que se ha ido aflamencando. Tiene un COMPÁS de 3/4, es decir, de TRES TIEMPOS. De estos tiempos, el PRIMERO es FUERTE y los dos siguientes son FLOJOS. 

La Sevillana nace para acompañar al Baile. Se baila en pareja, en tandas o series de 4 sevillanas. Cada una de las Sevillanas tiene TRES partes. 

Actualmente proliferan las Academias de Sevillanas. Antes se bailaba en los patios o casas de vecinos, también llamados corrales. En las romerías y en las ferias se ha bailado siempre, aunque últimamente hay un mayor número de gente que conoce los pasos de este baile

Fandango de Huelva

El Fandango es una forma musical característica del folklore español. Se trata de un cante que ha sufrido un proceso de aflamencamiento al aclimatarse a una zona concreta, la que corresponde a la provincia de Huelva. 

Aunque existen otras modalidades de Fandangos en distintas comarcas de Andalucía, los de Huelva poseen características especiales que los configuran como un grupo propio diferenciándolos del resto.. 

El COMPÁS de los Fandangos de Huelva es de 3/4. En el compás, el tiempo 1 es FUERTE y los tiempos 2 y 3 son FLOJOS.

La forma más flamenca de marcar este compás es haciendo lo que se denomina el PALILLEO, que consiste en hacer sonar el puño cerrado para el tiempo 1 y en abrir los dedos progresiva y rítmicamente para los tiempos 2 y 3. 

Algunos Fandangos de Huelva son bailables. Incluso en su origen, que no está demasiado claro, parece que acompañaban al baile. Sin embargo no es un baile muy conocido fuera de la provincia

Tanguillos de Cádiz

El Tango de Carnaval, llamado también Tanguillo de Cádiz, e incluso, Tango de Cádiz en otras fuentes, representa la música más característica del Carnaval Gaditano. Es una copla que revive cada año y que incorpora a su melodía cadencias de otras músicas. 

Su COMPÁS es de 4 tiempos: 4/4. De esos cuatro tiempos, el PRIMERO no se marca, es un SILENCIO. Los otros tres tiempos sí se marcan.

Los Tanguillos de Cádiz también se bailan. Hay distintas maneras de bailarlo, aunque siempre es por parejas, llegando a haber hasta cuatro parejas, en total 8 bailarines. 

El baile por tanguillo presenta en todas sus maneras de bailarse un paso clave y unos zapateados que siempre se repiten. Este baile es uno de los que resultan más familiares en Cádiz y en los últimos años se va ejecutando cada vez más. 

Cantes de Málagas - Verdiales

La raíz de los Cantes de Málaga es el Fandango Malagueño. También se llaman Cantes o fandangos ABANDOLAOS, por el primitivo acompañamiento de Bandolas que llevaban. 

Los VERDIALES son la expresión más antigua y popular de este Fandango, que presenta, además, otras formas musicales. Parece que tienen origen morisco, en el Fandango de los moros andaluces. 

Los VERDIALES son un cante de ritmo rápido y monótono. Su baile se ejecuta a base de saltos. Para bailarlo se precisa una pareja, como mínimo.

Tangos

Cante flamenco a compás, de origen bailable. Presenta distintas variantes, entre las que destacamos: 

- Tangos de Cádiz 

- Tangos de Triana 

- Tangos de Jerez 

- Tangos de Málaga

En su génesis hay que hacer constar una posible influencia americana, fruto del contacto con las músicas y estilos de ultramar. Su ritmo alegre y su compás medido permite que sea interpretado al baile dando lugar a movimientos de gran brillantez y expresividad.

Cantes de Ida y Vuelta

El cante flamenco se ha enriquecido con las aportaciones de elementos del folklore del centro y sur de América, donde se encuentran los países con los que Andalucía mantiene un estrecho contacto desde el siglo XVI.
 
Los artistas han aflamencado las músicas de estilo americano pertenecientes al folklore de aquellos países, que les llegan, bien porque ellos mismos van a América, o porque recogen de la memoria popular los aires de ultramar, que nuestro folklore conserva de esa fusión antes citada. 

Se sabe que, desde el siglo XIX, alternaban en el gusto de los públicos las tonadillas puramente andaluzas y las coplas de sabor americano.
 
Cronológicamente diremos que la Guajira y la Milonga son los cantes que inician su entrada en el mundo flamenco más tempranamente, siendo posteriores la Colombiana y la Rumba. 

En cuanto a su origen, parece ser que la Rumba y la Guajira vienen de Cuba y la Milonga de Argentina. Por contra, la Vidalita y la Colombiana son creaciones personales con detalles americanistas en su música. 

La GUAJIRA, la MILONGA y la VIDALITA son cantes muy melódicos, de ejecución suave y agradable cadencia. Su mayor o menor aflamencamiento es obra del cantaor que los ejecuta. 

La COLOMBIANA, suele cantarse a compás, preferentemente por Tangos. 

La RUMBA es un cante rítmico y alegre, muy bailable



Soleá

La Soleá es un cante flamenco a compás, de gran conjunción rítmica y melódica que parece proceder de un cante para acompañar al baile desde principios del siglo XIX.
 
Estos bailes se llamaban Jaleos, cuando los ejecutaban los hombres y Gelianas, cuando las bailaban las mujeres. Por todo esto, las Soleares más antiguas tienen un compás más ligero. 

Las formas actuales de la Soleá, son el resultado de elaboraciones personales realizadas por artistas concretos, aunque en sus diversos estilos se acusan las características musicales genuinas de la zona donde se enclavan. 

La Soleá es un cante de gran importancia dentro del Flamenco. Su majestuosidad, riqueza melódica y profundidad de ejecución, hacen que sea muy interpretado por los artistas. 

Ya hemos dicho que la Soleá comenzó siendo un cante para acompañar al Baile, actualmente, el baile por Soleá es uno de los más ejecutados por los artistas. Es un baile que se adapta muy bien a las bailaoras, porque sus elementos principales son movimientos propios de la mujer: 

-Movimientos de brazos (braceos). 
-Ondulaciones de cadera. 
-Quiebros de cintura.

Bulerías

Cante flamenco procedente del aligeramiento del compás de la Soleá.
 
Etimológicamente: su nombre parece provenir del vocablo BURLERÍA,  burla. Aparecieron a mediados del siglo XIX. 

Es un cante festero, de ritmo alegre, letras intrascendentes, con mucha fuerza en su interpretación. Se presta al jaleo y al acompañamiento con exclamaciones flamencas. 

Está en auge hace unos años y se tiende a «meter» por Bulerías letras de canciones y coplas, que en su origen no son flamencas. Como BAILE es uno de los que está más repleto de intuición por parte del artista y le permiten mucho lucimiento y una gran comunicación con el público
 
Historia del Flamenco
 
Breve historia del Flamenco
 
 
En los testimonios de los viajeros románticos, ya en el siglo XIX, se describen, a veces muy pormenorizadamente. En 1831 el malagueño Serafín Estébanez Calderón describía en ‘Escenas andaluzas’ un baile en un patio de Triana. Y allí dice que se bailaban seguidillas y caleseras.
 
Uno de los pasajes de su crónica dice así: “Las hileras de gitanillas y muchas bailantes y cantadoras que se agolpaban en su derredor con palillos entre los dedos, con muchas flores en la cabeza, el canto y la sonrisa en los labios, el primor de la danza en los pies”.
 
El viajero francés Charles Davillier escribió con detalle sobre los bailes que presenció en tierras andaluzas, muchos de ellos en esos primitivos escenarios de la danza flamenca de entonces que eran los bailes de candil en los patios de vecinos, las trastiendas de las botillerías y las cuevas del Sacromonte granadino. Y su compañero Gustave Doré lo dibujó.
 
 
Salones y cafés

A mediados de aquel siglo, el baile andaluz pisaba más nobles estancias. El empresario Miguel de la Barrera publicitaba en los hoteles sevillanos ensayos abiertos al público en su salón de baile, pues las academias de la época hacían las veces de salas de exhibición, sobre todo, para público extranjero.
 
Un anuncio publicado el 3 de agosto de 1850 en el periódico ‘El Porvenir’ se indica que “en la acreditada academia que dirige don Manuel de la Barrera, calle Pasión junto al Anfiteatro, hay ensayos públicos extraordinarios de bailes nacionales hoy sábado, al que asistirán todas las discípulas del director y además las mejores boleras de esta ciudad, bailándose la Malagueña, la Redova, el Vito y jaleos de Cádiz”.
 
 


La Macarrona en el Café Novedades de Sevilla
 
 
Y a ellos se suman a partir de la apertura de Los Lombardos en 1847 en Sevilla, los cafés cantantes, los escenarios donde el flamenco viviría su primera época de oro. Nacen entonces las primeras estrellas y figuras míticas del baile.
 
 La Macarrona, Malena, Rosario la Mejorana, Concha la Carbonera, las hermanas Antúnez, las Coquineras, La Cuenca, Enriqueta la Macaca, Rita Ortega, Salú la Hija del Ciego, Miracielos, Mojigongo, Lamparilla, Antonio el de Bilbao, Estampío... son algunos de los nombres que destacan en la época, muchos de ellos glosados por afinadas plumas.
 
De La Macarrona, por ejemplo, escribió Fernando el de Triana que “es la que hace muchos años reina en el arte de bailar flamenco, porque la dotó Dios de todo lo necesario para que así sea: cara gitana, figura escultural, flexibilidad en el cuerpo, gracia en sus movimientos y contorsiones, sencillamente inimitables”.
 
Ya a principios del siglo XX los cafés comienzan su declive. Y los bailes de salón y las variedades van apartando a los bailes andaluces. Así lo critica el maestro Otero en su ‘Tratado de bailes’, publicado en Sevilla en 1912. Sin embargo, los contratiempos se vuelven en vientos favorables, pues el baile flamenco da entonces el salto a los teatros.
 
 Antonia Mercé ‘La Argentina’ coreografió piezas de compositores clásicos nacionalistas como Isaac Albéniz, Enrique Granados y Manuel de Falla, además de crear espectáculos de inspiración popular como ‘El embrujo de Sevilla’. “Él no escribió sus obras para el baile; pero yo no he visto nada de más ritmo”, declaró a un periódico de la época sobre Albéniz.
 
 

Argentina (Foto D'Ora)
Vicente Escudero (Foto Lipnitz

Historia del Flamenco

Orígenes del Flamenco
Sobre sus orígenes o influencias, solo podemos aventurarnos, pues carecemos de antiguas referencias escritas donde se mencione el flamenco como tal.
 
El único dato conocido, por transmisión oral, es que se trata de un arte muy antiguo y que encuentra su cuna en Andalucía, en la rivera del Guadalquivir.

En el flamenco encontramos numerosas influencias de culturas muy diversas. Esto no es una sorpresa cuando sabemos que por esta tierra pasaron las más diversas civilizaciones y culturas.
 
 Fenicios, griegos, cartaginenses, romanos, judíos, musulmanes, godos y gitanos se han ido durante siglos asentado en esta tierra y con seguridad estas influencias han sido absorbidas en la música y en el baile de esta tierra.

En escritos griegos encontramos el estilo melismático como característica típica del canto del sur de España, este estilo también lo tiene hoy el Flamenco.

 De la época romana, encontramos las reseñas de Marcial y Juvenal sobre las Puellae Gaditanae, jóvenes procedentes de Gades, la colonia que fundaron los fenicios en el territorio de la que hoy es Cádiz, ciudad que también tenía una cultura griega bastante asimilada.
 
Estas bailarinas, que formaban compañía con músicos acompañantes, llegaron a ser muy apreciadas en los círculos de la aristocracia y alta burguesía romana, que las contrataban para sus fiestas privadas o para espectáculos públicos.
 
El espectáculo que estas chicas ofrecían, según relatos de la época, se convirtió en el punto álgido de estas fiestas. 
 
Curioso es que en los relieves aparecen las Puellae Gaditanae con castañuelas, y con posiciones de pies y de brazos idénticas a las del flamenco actual. 
 
Quizás sea sólo una coincidencia o que este modo de bailar fuese común entonces a toda la cuenca del Mediterráneo. En cualquier caso, hoy lo conocemos sólo en el Flamenco.

PERMITEME BAILARTE -- COMPAÑÍA AÍDA GÓMEZ


domingo, 3 de febrero de 2013

Escuela Bolera (lista de reproducción)




Escuela Bolera

Cultura Tradicional Escuela Bolera






 



 




Danza Vanessa



Historia

Se entiende por Escuela Bolera, a un estilo de baile que empezó a desarrollarse en Andalucía y que, básicamente, consistia en la transformación de ciertos bailes populares en danzas de exibición porfesional, refundidas en academias de baile. 

El sistema seguido por dichas escuelas, era semejante al método que tenia el ballet clásico en el que probablemente se inspiraron; ejercicios en la barra y en el centro, destinados a crear una técnica y una vez conseguida, se aplico a los bailes que quedaron sometidos a estructuras fijas.

La Escuela Bolera, surge del afrancesamiento de las danzas populares que en el siglo XVIII había en España. Esta estilizacion se ha producido gradualmente y sin tener conciencia de cuando y de que manera, por ello en la actualidad es dificil catalogar que pasos son propios de la Escuela Bolera y cuáles no lo son. 

Lo que es cierto, que en la actualidad hay dos escuelas boleras, una que pertenece a sus primeros intérpretes graficos que tenemos (Antonio Ruiz, Pilar Lopez – primera mitad del siglo XX) de una ejecucion tecnica sencilla; y otra en la que se depura o afrancesa aún mas la tecnica (la actual) siendo el Ballet Nacional de España en que reúne una mayor muestra.

 


Estilo Escuela Bolera:

Cultura Tradicional Escuela Bolera




Evento festival Internacional de Música
www.granadafestival.org


Lo que hace de ésta una escuela verdadera son las combinaciones complejas que se derivan de sus propios pasos . 

Es un estilo peculiar, a pesar de que las coincidencias son muchas con el Ballet académico.

 La gran diferencia que marca la Bolera es la utilización de los brazos. El braceo a la española tiene una complejidad tanto técnica como interpretativa. 

Para un bailarín de clásico ésto suele suponer una gran dificultad por la coordinación, el uso de los contratiempos y sus continuas mudanzas. 

Pero el mayor problema es lo riquísimo que puede llegar a ser el baile si se le añade el típico toque de castañuelas o palillos. 

No en vano el bailarín y coreógrafo Antonio Cairón, en sus reglas de baile decía ”el baile español más célebre, el más gracioso y el más difícil tal vez, de cuantos se han inventado, es la Escuela Bolera” .


Había un rey que tenía doce hermosas hijas. Dormían todas en doce camas en una habitación y cuando se acostaban, las puertas eran cerradas con candado. 

Aún así, cada mañana sus zapatillas aparecían bastante gastadas como si se hubieran usado para bailar toda la noche. Nadie podía descubrir como pasó o donde habían estado las princesas.

Así que el rey hizo saber a todo el reino que si alguien conseguía descubrir el secreto y averiguar donde habían estado las princesas bailando por la noche, podría elegir a la que más le gustara como su esposa, y sería rey después de su muerte.


Pero cualquiera que lo intentara sin éxito, después de tres días y noches, sería condenado a muerte.

Al poco tiempo llegó el hijo de un rey. Fue bien recibido, y por la noche fue llevado a la habitación contigua a la que las princesas estaban acostadas en sus doce camas. 


Allí estaba para sentarse y observar donde iban a bailar, y para que nada ocurriera sin que él lo escuchara, dejó la puerta de su habitación entreabierta.

Pero el hijo del rey pronto se durmió; y cuando se despertó por la mañana encontró que las princesas habían estado todas bailando, ya que las suelas de sus zapatos estaban llenas de agujeros.

Lo mismo ocurrió la segunda y a tercera noche por lo que el rey ordenó que le cortaran la cabeza.

Después de él, llegaron unos cuantos más, pero todos corrieron la misma suerte y perdieron la vida de la misma manera.

Ocurrió que cierto joven soldado, enamorado de la menor de las princesas, pasó por el lugar y pensó ofrecerse. Estaba en el bosque, meditando, cuando vio llegar a una ancianita. Iba cargada con un haz de leña y parecía tan fatigadp y débil que el muchacho se apiadó.

- Sentaos un rato, buena mujer, y tomad mi merienda.


- Eres muy bondadoso, soldado, y te veo preocupado -dijo ella.

- Su majestad desea que averigüe el misterio que rodea a los zapatitos de las princesas, pero si no triunfo, perderé la vida -dijo el soldado.

- Puede que las princesitas sean muy destrozonas. Y ahora, soldado, gracias por tu merienda y hasta la vista.

El soldado se ofreció para llevar su carga. Viéndole tan compasivo, la viejecita le dijo agradecida:

- Quiero ayudarte y voy a decirte qué debes hacer.

El soldado se maravilló. ¿Habría tropezado con un hada buena, en las que hasta entonces no había creído?

- ¡Me gustaría tanto triunfar y poder casarme con Lucinda, que es la princesa más deliciosa que se puede soñar!

- Bueno, -dijo la anciana- ten cuidado de no beber nada del vino que una de las princesas te llevará por la noche; y tan pronto como te deje, finge que te has dormido rápido.

Después le dio una capa y dijo: ‘En cuanto te la pongas encima te harás invisible y así serás capaz de seguir a las princesas donde quiera que vayan.’

Cuando el soldado oyó este buen consejo, decidió probar suerte, así que fue al rey y le dijo que estaba dispuesto a ocuparse de la tarea.

Fue igualmente bien recibido como lo habían sido los anteriores y el rey ordenó que le entregaran finas ropas reales; y cuando se hizo de noche fue conducido a la habitación exterior.

Justo cuando estaba a punto de acostarse, la mayor de las princesas le trajo una copa de vino, pero el soldado desconfió de la amabilidad de la princesa.

- ¿Qué tendrá este vino? -pensó, y se llevó la copa a los labios fingiendo beber. En un descuido de ella, arrojó el vino a un jarrón. 


 Después se acostó él mismo en su cama, y en un ratito empezó a roncar muy fuerte como si se hubiera dormido rápido.

Cuando las princesas le oyeron se rieron a carcajadas; y la mayor dijo:

- ¡Este chico debería haber hecho algo más sabio que perder su vida de esta manera! ¡Vamos hermanas, he engañado al soldado, que no despertará hasta el amanecer!

Se levantaron todas y abrieron sus cajones y cajas, y sacaron sus mejores ropas, y se vistieron frente al espejo, y saltaron ansiosas por empezar a bailar.

Pero la más joven dijo:

- No sé por qué, pero mientras vosotras estáis tan contentas yo me siento muy inquieta; estoy segura de que alguna desgracia nos va a acontecer.


- ¡Qué inocente! -dijo la mayor. - Siempre tienes miedo, ¿has olvidado cuántos príncipes nos han vigilado ya en vano? Y este soldado, incluso si no le hubiera dado el brebaje para dormirse, se habría dormido lo bastante profundo.

Cuando estaban todas preparadas, fueron a ver al soldado; pero seguía roncando, y ni una mano ni pie movía; así que pensaron que estaban a salvo.


Después la mayor subió a su cama y aplaudió, y la cama se hundió en el suelo y una trampilla se abrió de golpe. 

El soldado las vio bajarse por la trampilla una detrás de otra, la mayor liderando el camino; y pensando que no tenía tiempo que perder, se levantó de un salto, se puso la capa que le había dado la anciana y las siguió.

Sin embargo, en medio de las escaleras, pisó el vestido de la princesa más joven, y ésta les gritó a sus hermanas:


- Algo no va bien; alguien me ha agarrado del vestido.

-¡Criatura ! -dijo la mayor. - ¡Sólo es un clavo de la pared!

Bajaron todas y en el fondo se encontraron en una arboleda de lo más encantadora; y las hojas eran todas de plata, y brillaban y relucían hermosamente.


 El soldado deseó llevarse alguna prueba del lugar; así que partió una pequeña rama, la cual hizo un fuerte ruido.

Entonces la hija más joven dijo otra vez:


- Estoy segura de que algo no va bien. ¿No habéis oído ese ruido? Eso nunca había ocurrido antes.

Pero la mayor dijo: - Es sólo nuestros príncipes que están alegres de que estemos en camino.

Llegaron a otra arboleda, donde todas las hojas eran de oro; y después a una tercera, donde todas las hojas eran diamantes brillantes.


 Y el soldado rompió una rama de cada una; y cada vez se oía un fuerte ruido, lo que hacía a la hermana pequeña temblar de miedo. 

Pero la mayor volvía a decir que sólo eran los príncipes, que estaban gritando de alegría.

Siguieron hasta que llegaron a un gran lago; y en la orilla del lago había doce pequeñas barcas con doce apuestos príncipes que parecían estar allí esperando a las princesas. 


Cada una de las princesas se subió a una barca, y el soldado se metió en la misma que la pequeña.

Mientras remaban por el lago, el príncipe que estaba en la barca con la princesa pequeña y el soldado, dijo:

- No sé por qué, pero pese a que estoy remando con todas mis fuerzas no avanzamos tan rápido como de costumbre, y estoy bastante cansado; el barco parece muy pesado hoy.


- Es sólo el caluroso tiempo. -dijo la princesa. - Yo también tengo mucho calor.

Del otro lado del lago se levantaba un magnífico castillo iluminado del cual provenía una alegre música de cuernos y trompetas. 


Todos desembarcaron allí, y entraron al castillo y cada príncipe bailó con su princesa y el soldado que aún era invisible, bailó con ellos también.

Bailaron hasta casi el amanecer, y entonces todas sus zapatillas estaban gastadas, por lo que estuvieron forzadas a irse. 


Los príncipes remaron de vuelta otra vez por el lago (pero esta vez el soldado se situó en la barca con la princesa mayor); y en la orilla opuesta se despidieron unos de otros, prometiendo las princesas volver otra vez la siguiente noche.

Cuando llegaron a las escaleras, el soldado adelantó a las princesas y se acostó. 


Y cuando las doce hermanas cansadas subieron despacio, le oyeron roncando en su cama y dijeron ‘Estamos a salvo’. 

Después se desvistieron, se quitaron sus elegantes trajes y las zapatillas y se fueron a la cama.

Por la mañana el soldado no dijo nada de lo ocurrido, pero estaba determinado a ver más de esta extraña aventura, y fue otra vez la segunda y la tercera noche. 


Todo ocurrió igual que antes: las princesas bailaban hasta que sus zapatillas se gastaban y quedaban hechas pedazos y después se volvían a casa.

Tan pronto como llegó el momento en que debía revelar el secreto, fue llevado ante el rey con las tres ramas, y las doce princesas se quedaron escuchando detrás de la puerta para oír lo que él iba a decir.

- ¿Has descubierto por qué las princesas me están arruinando día a día a fuerza de comprar zapatitos? -El rey le preguntó.


- Sí, majestad. A las princesas les gusta bailar con doce príncipes en un castillo subterráneo. Bailan desde que sale la luna hasta que aparece el sol. 

Entonces le contó al rey todo lo que había sucedido y le mostró las tres ramas que se había traído.

El rey llamó a las princesas y les preguntó si lo que había dicho el soldado era verdad y cuando vieron que habían sido descubiertas, y que no valía la pena negar lo que había ocurrido lo confesaron todo.

El rey tuvo que conformarse con las aficiones de sus hijas, y Lucinda se casó con el soldado. Para celebrarlo sus hermanas bailaron aún más y hasta el rey se contagió y también se puso a bailar.